jueves, 22 de julio de 2010
¡Sal del videoclip!
Cada día que amanece, además de que el número de tontos crece, estamos más convencidos de lo que no queremos ser. A esta inquietud, podemos sumarle que, sabemos dónde no queremos permanecer o quién es el ingrato que nos incomoda.
La edad, lo único que trae bajo el brazo, es un saco enorme de convicciones y tropiezos que van forjando nuestra temeraria actitud.
Nos hacemos más blasfemos, estamos más ocupados, ligamos casi sin proponérnoslo. Incluso se va intuyendo la similitud que vamos alcanzando con el flan de huevo de nuestras madres.
Es así. No tenemos marcha atrás. Somos exquisitos e inconformistas. Pero no llegamos a extremos preocupantes y eso es lo que me preocupa.
La sociedad nos ha amansado convirtiéndonos en yonkies del día a día. ¿Dónde quedaron los revolucionarios que aparecían en los libros de Historia de la EGB?.
A saber...Al igual siguen impresos en esas páginas amarillentas y apelmazadas y no han podido salir de ahí.
Comemos lo que nos dan, consumimos televisión sin percatarnos del atornillamiento cerebral que produce a largo plazo (y no tan largo), nos dicen cómo vestirnos y qué talla debemos tener, qué fumar, qué beber, cómo follar...¡Todo!. Estipulado y establecido. Normalizado.
Vivimos dentro de una cuadrícula.
Comenzaré a insonorizar el destino para que, lo que me ha tocado en el presente, no me deje subnormal.
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Muy bueno mi niña :D
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