Mis pupilas se sienten amenazadas allá donde miren.
Amenazadas por superar el límite de una cuenta,
por personas que abandonan perros,
por enfermedades descaradas que ocupan cuerpos inofensivos,
por despedidas inesperadas de aquellas personas que han estado sentadas a mi lado estos 3 últimos años,
por el tiempo que viene mendigando el reloj,
por mi sonrisa forzada,
mi ausencia familiar,
mi futuro incierto...
Quiero irme desde Santurce a Bilbao.
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